Se ultiman los detalles para que este próximo domingo, 6 de Noviembre, se celebre la 42 edición de la Maratón de Nueva York. Un total de 42,195 kilómetros, o 26,2 millas según la unidad oficial, serán el reto a cubrir por más de 47.000 participantes.
La línea de salida está situada en el Puente Verrazano, en el extremo de Staten Island. Tras cubrir los 3 kilómetros del puente los corredores llegarán a Brooklyn para seguir recorriendo el resto de distritos de la ciudad hasta llegar a Central Park en Manhattan. La salida de los corredores se realiza en tres tandas, con intervalos de 30 minutos, comenzado a las 9:40 de la mañana.
Los equipos de trabajadores han comenzado a acondicionar el recorrido para seguridad de los participantes con el alisado de las superficies de la calzada, la limpieza de partículas sueltas del pavimento y la reparación de los baches. Todo el personal de operaciones y un equipo de supervisores trabajarán sin descanso para reponer los postes de tráfico que se encuentren dañados en las carreteras, limpiar las áreas de desagüe de las vías, instalar paneles electrónicos y sistemas de sonido para información, pintar la calzada en las zonas de salida y de meta, y retirar los guardarailes en el área de salida para mejorar el acceso a los corredores.
El punto se salida, el puente Verrazano, requiere una atención especial. El puente de 211 metros de altura y 3.2 kilómetros de largo, está diseñado para el tráfico de vehículos, no de peatones, por lo que las áreas que no son utilizados normalmente por los automovilistas, incluyendo las medianas y las zonas de seguridad, tienen que ser examinados minuciosamente para eliminar los riesgos de tropiezos con elementos tales como pequeños desechos, pavimento irregular y bordes cortantes.
La mayor parte de las operaciones en el puente Verrazano comienzan el día anterior a las 11 de la noche, cuando el nivel superior del puente se cierra al tráfico para que las cuadrillas de mantenimiento pueden cubrir las juntas con tablas de aglomerado y las juntas metálicas de expansión del puente con esterillas de goma para evitar tropiezos.
Una vez que el último corredor ha dejado el puente, hay más trabajo por hacer. Los equipos de voluntarios armados con palas y bolsas de basura, junto con los trabajadores de la limpieza de la ciudad, comienzan con la limpieza de la calzada separando las chaquetas, pantalones, toallas, botellas de agua y otros restos dejados por los corredores. El año pasado, alrededor de 18.000 kilogramos de ropa fueron recuperados del recorrido, la mayoría de los cuales fueron donados a organizaciones benéficas.
En la fotografía superior el Alcalde de Nueva York y los organizadores de la Maratón pintan la calzada en la línea de meta. En el siguiente vídeo se muestran los preparativos en el punto de salida en el puente Verrazano.